martes, 19 de octubre de 2010

Crónica del I Raid Entrenamiento Villa del Sínodo

El fin de semana del 16/17 de Octubre tuvo lugar en las localidades de Aguilafuente y Fuentidueña (Segovia) el I Raid Entrenamiento Villa del Sínodo organizado por la familia Martínez (con Álvaro, Luis y Eva a la cabeza). El objetivo era proponer un entrenamiento individual para unos pocos raiders, de cara al final de la temporada.

Así que allá fuimos tres Magerit, Inés, Iván y yo, con ganas de probar lo que Álvaro, Luis y Eva nos habían preparado de recorrido, que suponía más de 100 kilómetros en bici y 30 de trekking, además de casi 4 de kayak.

Viernes por la tarde/noche. Frío. Estamos en la meseta castellana y el aire te atiza por todos lados, pero no será nada comparado con los dos días siguientes. Van llegando los participantes (la familia Astur Extrem, con Rober y Mariajo, Manu e Isabel), cargados de productos de su tierra (fundamentalmente sidra... mucha sidra). Aurelio, Iván e Inés llegarían un poco más tarde. Reparto de camas: me toca dormir en la misma habitación con Aurelio. Luis me avisa que se pone muy meloso por las noches, pero Aurelio no está para bromas. Se ha enterado que Alicia, nuestra Alicia del Club Magerit, se ha casado. El shock se hace patente en su rostro, y empieza a sospechar que Mª Ángeles también ha podido dar el salto. Durante todo el fin de semana a Aurelio le reconcome la duda.

Ya pasada la medianoche empieza el briefing con los aspectos más relevantes de la carrera: empezaríamos con un score urbano 100 (conseguir 100 puntos entre todas las balizas: más o menos puntos te penalizan), luego BTT (con orientación de memoria), luego BTT (del infierno por la arena), luego trekking, después BTT de vuelta al pueblo y un último score urbano... Total para ese día: unos 105 kilómetros, más o menos y sin perderse...

Sábado por la mañana. Llegan los "Imperdibles" Abraham, David y Pedro, que sólo podían quedarse el sábado. Comienza el Raid: tenía pensadas las balizas del día anterior y las pruebas especiales. Me dirijo a por la primera: búsqueda de objetos que no deberían estar en una zona acotada. Joer con los colaboradores de Álvaro. Poco más y los entierran. Una vaca de playmovil, unas gafas de buceo, unos muñequitos segovianos y un soldadito escondido en un cardo borriquero. Total, que todos los que hicimos la prueba perdimos más de 10 minutos...

Sigo cogiendo balizas y en una de ellas veo a Rober que sale de un arroyo... Nadie le dijo nada en ese momento, pero el arroyo en cuestión es el de salida del pueblo, con lo que ello supone.

Termino el recorrido, y me entero que he llegado segundo por detrás de Iván. Comienza la orientación de memoria, con el paso de la baliza 14 a la 15 un poco más complicado por la cantidad de caminos. Sin embargo, no me equivoco y llego al siguiente punto de transición: la casa de los padres de Sara, la novia de Álvaro. Su madre nos estaba esperando con tortilla de patata, coca cola... Vamos, de todo. No era plan de pararse a tomar mucho, porque además había desayunado bastante, así que salgo directo a por la sección siguiente: casi 60 kilómetros de bici.

Los desniveles no eran muy complicados, pero el terreno sí. Los caminos y cortafuegos eran de arena, por lo que te salía mucho más rentable dar un rodeo por caminos y pistas "duras" que ir atronchando por los pinares. En particular, de la baliza 17 a la 18, el esfuerzo físico era tremendo por el terreno. Luis nos comentó que era normal que no nos hubiésemos fijado, pero en el plano ponía el nombre de la zona: "Los Arenales". Una pista que debíamos haber tenido en cuenta.

Después de recuperarme un poco, sigo a por la baliza del "nacedero". Con mi cultura montañesa, busco un sitio donde nazca algo: un árbol, una mesa, un tobogán (estaba en una zona recreativa). Llamo a Luis: "¿Qué es un nacedero?". "Pues donde nace el arroyo". Touché. Encuentro la baliza, justo en el momento en que escucho la voz de Aurelio "¿La has cogido ya?". Me cago en... Ya me ha cogido. Sigo y llego a la prueba especial de recogida de resina. Básicamente consistía en recoger la resina de los pinos (dos macetas), y así echar una mano al padre de Sara...

Aurelio me sigue, pero sigue cabizbajo por la noticia del fin de semana. Salgo escopetado a por la siguiente baliza. Muchos kilómetros por una pista en buen estado. Seguimos cogiendo todas y antes de la última baliza me encuentro a Iván, que había sufrido una pájara. Sigo y al poco escucho otra vez a Aurelio: va como un torpedo en bici, y ya llevábamos más de 55 km. a nuestras espaldas (contando la BTT de memoria).

Llego a la siguiente transición y comienzo el trekking por una zona impresionante, eso sí, antes me como todo lo que tengo de comida, porque venía canino. La salida había sido a las 9:30 y eran las 15:00 cuando iniciaba el trekking. Decido dejar una baliza, que sólo valía 2 puntos y asegurar la de 5. Hago la espeleo y tengo que volver a por una baliza de foto, porque no le había dado a "guardar". Un kilómetro extra para el bote.

Llego a la transición y me dicen que he adelantado a Aure, que no ha llegado todavía. Motivado, salgo con la bici, y voy recogiendo las balizas, con paso por arroyo incluido, que luego resultó ser "fatal". Llego a Escalona y me doy cuenta que he pinchado la rueda trasera. Llevo el líquido antipinchazos, pero no me está funcionando (cuando se mezcla con el agua del arroyo que tenía en la cubierta se diluye y no sella). Decido cambiar la cámara, pero era incapaz de separar la cubierta de la llanta. Me quedan 10 kilómetros para llegar a meta. En estas que me adelanta Aure, pero intento seguirle sin éxito con la bici en esas condiciones. Encima, el aire sopla de cara, y además, está fresquito. Con más pena que gloria llego a la transición para iniciar el último score. La mayoría me ha adelantado en la bici, así que salgo a hacer el score y recupero tiempo.

Menuda paliza y qué frío. Estoy acatarrado. Pero había mantenido el segundo puesto. Berni había llegado, y me explica lo de la rueda y consigue reparármela. Cenamos en compañía de Chelis e Itziar, que habían hecho el trekking, y de los amigos/voluntarios de Álvaro.

Domingo por la mañana. Está todo helado. El coche marca 2º cuando nos dirigimos hacia Fuentidueña. En este caso, score urbano más bici, con kayak en mitad de la bici. Salimos a la carrera para entrar en calor, y después con la bici nos repartimos porque había varias elecciones de ruta. Decido asegurar e ir a por las de más puntos primero, pero al atravesar un campo de piedras, después de haberme perdido "ligeramente", me vuelvo a torcer el tobillo que ya tenía con un esguince. En ese momento se me pasa, pero al llegar al kayak (por el río Duratón, otra maravilla natural), que hago con Jesús Borruel (que participó sólo el domingo), empieza a dolerme más de lo necesario. Continúo en bici, pero ya viendo que se me había echado el tiempo encima. Decido dejar una baliza e intentar volver al pueblo, pero el aire en contra lo pone difícil. Llego 5 minutos tarde, y cada minuto equivalía a un punto...

Hago la escalada, y finaliza el Raid. Todos me echan una mano con el tobillo, porque apenas puedo apoyarlo. Lo tengo bastante hinchado y me duele horrores. Volvemos a casa y acabamos la barbacoa.

En la entrega de premios, evidentemente Aurelio quedó primero. A pesar de la guerra psicológica de saber que sus "chicas" Magerit podían estar emparejadas, había sido el justo vencedor, haciendo todo el recorrido en el menor tiempo. Un campeón con todas las letras. En segundo lugar quedaría Iván. El domingo se había recuperado por completo y terminó el recorrido en tiempo cogiendo todo. Después me tocaba a mí, que como al resto recibimos productos de la tierra (níscalos, huevos de Aguilafuente, yogures y cuajadas de Escalona, una planta en una maceta resinera cortesía de la madre de Sara) y muchísimo cariño por parte de la familia Martínez. Las chicas también recibieron una mención especial, al igual que el resto de corredores, que recibieron productos de la zona como recompensa a la participación en el I Raid Villa del Sínodo.

La sobremesa se prolongó hasta la noche, y poco a poco la gente iba volviendo a sus casas.

Por último, y lo más importante, agradecer a todos, familia Benavente Martínez, familia Astur Extrem, familia Magerit, familia Imperdible, familia de Sara, Aure, Berni, Jesús, voluntarios/amigos, etc., la posibilidad de participar en una "fiesta" raidera como esta, donde prima el buen ambiente por encima de todo, haciendo lo que más nos gusta: el "capullo" por el monte. ;-)

Nos vemos!

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